Una vez que incide el haz láser sobre el estrato córneo de la piel la absorción de la
luz en nuestro organismo dependerá de factores inherentes al paciente y de
factores inherentes a la radiación.
Dentro del primer grupo tenemos: el estado de la superficie a irradiar, el grosor de
la piel y la coloración de piel o mucosas.
La piel debe estar limpia y libre de grasa o medicamentos que aumenten las
Pérdidas por reflexión.
El tipo y calidad del tejido influye mucho en la absorción del láser, así como la
pigmentación de la piel. En los individuos de piel más oscura se produciría una
mayor absorción epidérmica debido a su mayor componente melánico con relación
a los individuos de piel más clara.
El haz de luz láser debe incidir de forma perpendicular a la zona a irradiar.
La luz láser emitida en el rojo visible posee varias longitudes de onda como son
630 ; 632,8 ; 650 y 670 nm.